Al diseñar productos y servicios que garanticen la satisfacción de los clientes o usuarios, hoy en día, más y más empresas integran en sus procesos algunas herramientas de lo que se conoce como UX Design, diseño de experiencia de usuario.
Este tipo de metodología es la que, en definitiva, construye los diversos contextos para que lo que se intenta ofrecer se concrete en experiencias individuales. ¿Pero, para qué?
Ofrecer experiencias, no solo cosas:
Los consumidores no se adhieren a una marca tan solo por lo que ofreces. Desde los comienzos de la publicidad, las personas comenzaron a elegir los productos o servicios por lo que simbolizan, estatus social, o incluso, estatus ético.
Se compra una determinada marca de celular para pertenecer a un grupo de smart people, así como se compra un producto con sello biodegradable o sin tacc para integrarse al grupo que advierte sobre los principios de la sustentabilidad.
En definitiva, el cliente compra porque se adhiere a una proyección imaginaria. A una promesa de experiencia que la marca debe testear muy bien antes de ofrecer cualquier cosa. Todo afecta la apariencia que tenga tu marca, incluso, el packaging.
Primero, las marcas definen cuál es la imagen que quieren proyectar como compañía, cuáles son los valores que las mueven. Esta definición se puede hacer a través de una investigación de mercado que dé cuenta de los perfiles de usuarios o clientes, o bien, detecte lo que todavía hoy no se ofrece en un determinado nicho.
Pero el segundo paso es muy importante, pues se debe preocupar de que la experiencia del cliente sea especial. Por lo tanto, se exige una configuración que anticipe qué sentirá y cómo utilizará el cliente lo que ofreces. Es esto lo que garantiza el éxito o fracaso de las empresa.


Garantizar acceso y fácil usabilidad:
A la hora de configurar experiencias o realizar el diseño inclusivo, es clave crear productos según las capacidades y antecedentes de los usuarios.
Desde el diseño inclusivo, el año pasado, Domino Printing Sciences desarrolló una solución táctil e inclusiva para el etiquetado de productos de Procter and Gamble (P&G) con el fin de que consumidores con discapacidad visual distingan con mayor facilidad los productos de cuidado personal.
El diseño accesible, por su parte, debe garantizar al cliente el uso fácil de lo que adquirió. Aquí, hay incluso reglamentos que se deben cumplir.
Por ejemplo, para el caso de los sitios web, todos deben cumplir con las pautas de interfaz y diseño publicadas por la Iniciativa de Accesibilidad Web (WAI). Estos estándares describen los principios técnicos que deben cumplir todos los contenidos web.
El diseño accesible se enfoca así, en crear productos o servicios que lleguen a la mayor cantidad de personas posibles, y con ello, debe permitir que cualquier persona los pueda usar.
Es aquí, donde se entrelaza el diseño inclusivo con el diseño accesible. Según el nivel de escalamiento al que quieras llevar tu empresa ambos buscan orientarse a edades diversas, personas con discapacidad, e incluso, diversos idiomas.
Guardando las proporciones, Microsoft durante décadas, ha reflejado su principio de diseño accesible: reconociendo la exclusión. Si soluciona la dificultad de eso para una persona, extiende dicha solución a muchas.
La empresa, constantemente integra herramientas o ajustes en el diseño de sus productos para llegar a un mayor número de personas.
Como ves, estas perspectivas trabajan de modo entrelazado, una sin la otra, no funcionan. En caso de que tu empresa las haya obviado, tranquilo, es posible crear y recrear tu sitio web o aplicación a través de prototipos, wireframes, o compatibilidad multiplataforma.